Las cataras del Niagara quizás son las más conocidas del mundo por estar en la frontera de dos países muy desarrollados EE.UU. y Canadá. Están dotadas de muchas atracciones alrededor, se pueden visitar en barco hasta justo la caída, se pueden ver tirándote desde una tirolina, desde un helicóptero o bajando por una estructura de escaleras hasta la zona más baja.
Yo soy amante de la naturaleza y cuando te dicen que vas a ver las cataratas del Niágara imaginas otra cosa. Las cataratas son impresionantes, pero todo lo que allí ha construido el ser humano por el turismo es sorprendente. No esperas que haya enormes rascacielos justo al lado, o que las calles de Niágara sean un muestrario de edificios más parecidos a una feria que a un pueblo junto a unas cataratas de 51 metros de altura.