En mi viaje a O Grove (Galicia) percibí que la gente era diferente, miraba al mar de otra forma. Quizás estamos acostumbrados a ir al mar de veraneo, a disfruta. Tomamos el sol, nos damos buenas comilonas y el mar lo vemos como ese sonido relajante y sensación refrescante. Lo que yo percibí en este caso es que el mar era el mejor recurso que tenían para vivir, y que el carácter de la gente tenía mucho que ver con esta relación hombre-mar. Aquí os dejo algunas fotos de esta gente trabajando en el mar.